miércoles, 6 de marzo de 2013

LA SOLEDAD

Mientras el mar se apaga
voy mirando el horizonte.
Saco de mi cabeza el recuerdo,
de mi vida que no vale.
En el silencio me desnudo
para sentir la noche sobre la piel...
Entre las sombras
escondo la mueca
de una sonrisa triste.
Camino por la orilla ausente,
de la madrugada mas fría;
y me pongo a llorar
con la fuerza de una niña,
que se pierde de camino a casa.
Refugio mis manos
en los bolsillos vacíos,
para que no sientan la necesidad
de tocar lo que no deben.
Y miento a mis ojos
cuando despiertan,
detrás de la ventana helada.
Caigo sin remedio en el vacío
de la soledad ; que duele...


Paulina Moya
 ©2012 Paulina Moya

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