jueves, 3 de enero de 2013

HABÍA UNOS OJOS OSCUROS

Había un paisaje hermoso,
unos árboles
que se mecian con el viento
y sus hojas parecían hablar.
había un banco,
un banco verde entristecido;
el tiempo lo había hecho
testigo mudo
de historias cotidianas.
En el banco había alguien,
una joven pálida
que tiritaba con el frío,
y sus manos ancladas
entre sus piernas
parecían dormidas.
Había unos ojos oscuros
tan oscuros
que no se veía nada;
y esos ojos observaban
todo cuanto allí había.
Pero allí no había nada
esos ojos estaban perdidos.

29-10-1998
Paulina Moya ©2012 Paulina Moya