Yo soy el destino amargo
que empieza y acaba igual.
La condición disfrazada,
entre la suerte y la desgracia.
La fortaleza donde vive atrapada
el alma y la razón.
Yo soy el amigo distante
que está,y se marcha.
La pequeñísima flor
que nadie mira...
El recuerdo impregnado
de aromas muy distintos.
Soy el primer beso fundido
en los labios que fueron.
La mitad del camino
que no se puede andar.
Intuición desvanecida,
alrededor de las sombras.
Yo soy el sentimiento vago,
que duerme y sigue dormido.
El pecado hundido en la profundidad,
de un mar furioso.
La vuelta a la manzana,
una y otra vez...
El mismo amanecer,
día tras día.
La pureza volteada,
en el cuerpo sudoroso.
La mirada perdida
de un animal sin rumbo ni destino.
Soy paz en medio
de una guerra interior.
La nada que trae palabras.
El corazón latiendo sin sentido.
Yo soy el rincón oscuro,
que permanece debajo del otoño.
Paulina Moya
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