La verde colina,
arrastrada en el suelo.
Va llevando los cielos,
a través del ocaso.
En la circular ventana,
se asoma asombrada
los ojos de gata,
ronroneante...
Y en la habitación oscura,
la misma canción se oye.
Voces que maullan,
a lo largo de la noche.
La blanca estrella,
punzante en lo eterno.
Va dejando los miedos,
al terrible fracaso.
Paulina Moya©2012 Paulina Moya
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