Si el mar fuera mío,
lo acogería en las palmas
de mis manos,
derramándole entre mis dedos,
liberándolo en tu espalda.
Allí en los deseos
de la tormenta oceánica.
Ruge el constante silencio,
atravesando esta noche
profunda serena,
salpicando olor a sal
bestializando la hermosura.
Si el mar fuera mío,
la mitad de mi vida
sería suya...
Paulina Moya
©2012
Paulina Moya
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