amantes fugados, amantes perdidos.
Quienes duermen en la memoria,
dolencias de pieles sedientas.
Calla la voz susurrante
ante la palabra prohibida.
En las horas de la noche ,
el fuego arde entre cenizas ...
Quienes son los cansados ,
conocedores de lugares olvidados.
Quienes lloran en la nostalgia ,
lágrimas de la soledad profunda...
Mueren los labios resecos,
en el desierto helado.
Ante el sol del nuevo día,
los ojos quedaran ciegos.
Paulina Moya©2012 Paulina Moya
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