Casi nada en este mundo
me parece tan hermoso
como tus ojos de cielo,
y tu perfume de viento.
Y si alguna vez no puedo
imaginar como sería;
me quedaría apagada
en la sombra del recuerdo.
Casi nada en este mundo
me parece tan radiante,
como la luz dorada
de tu piel ardiente.
Y si alguna vez no llego
a ver el horizonte que te persigue;
me moriría en la soledad
de esta vida extraña y triste.
Paulina Moya
©2012 Paulina Moya
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